Pablo Apostol

3/01/2012

Compromiso y nueva evangelización


Madrid, 29.
La secularización que avanza, la hostilidad en contra de la presencia de la Iglesia y su mensaje, la corriente hedonista y relativista de la sociedad del consumo y del espectáculo que «tiende a desplazar y desarraigar la cultura cristiana de los pueblos». La transmisión de la fe se ha convertido en una tarea ardua y «ya no basta con apelar a las raíces cristianas». Hoy en día, la Iglesia en España y la Iglesia en América afrontan retos parecidos; su rica tradición católica corre el riesgo de «una gradual erosión». Por ello, se necesita «actualizar, reformular y revitalizar la tradición católica, arraigándola más profundamente en el corazón de las personas, en la vida de las familias y en la cultura de los pueblos, para que resplandezca como belleza de la verdad, promesa de felicidad y novedad de vida más humana para todos». Es uno de los pasajes más significativos del mensaje escrito por el cardenal Marc Ouellet, presidente de la Comisión pontificia para América Latina, con ocasión de la Jornada hispanoamericana en las diócesis españolas, que se celebra el domingo 4 de marzo.
En el documento, titulado Comprometidos con América en la nueva evangelización y recogido también por Radio Vaticano, el purpurado recuerda que la independencia de los países latinoamericanos, obtenida hace alrededor de doscientos años, «de ningún modo fue ruptura con toda la riqueza que España aportó, como lengua, cultura y religión». En tal sentido, los destinos de las dos áreas geográficas «están indisolublemente unidos» y, por tanto, para Ouellet, «se sigue necesitando fortalecer la cooperación espiritual, personal y económica entre las Iglesias de Latinoamérica y España». Para ello se precisan vínculos sociales de solidaridad, intercambios culturales, comunión y colaboración, cabe decir, «todo aquello que sirva para propagar y apoyar la transmisión de la fe, como reto principal de la nueva evangelización». De aquí la invitación del cardenal a la Iglesia española a intensificar el compromiso misionero con las Iglesias de América Latina (en la actualidad la Obra de cooperación sacerdotal hispanoamericana de la Conferencia episcopal puede contar con 354 presbíteros diocesanos españoles distribuidos en todos los países latinoamericanos, además de religiosos, religiosas y laicos). Las formas pueden ser muchas: por ejemplo, «abriendo el corazón a las familias y comunidades de latinoamericanos inmigrantes asentadas en España», las cuales, fieles a la tradición cristiana, necesitan de «la compañía cercana, solidaria, llena de la caridad, evangelizadora y catequética»; o también «reconociendo y acogiendo a los sacerdotes provenientes de países latinoamericanos que, con el consentimiento de sus respectivos obispos, prestan sus servicios pastorales en diócesis españolas». El presidente de la Comisión pontificia invita a sostener a los presbíteros provenientes de América Latina, además de renovar «la memoria agradecida del maravilloso espectáculo de santidad y comunión eclesial vivido durante la Jornada mundial de la juventud en Madrid», también en vista del próximo encuentro que tendrá lugar en Río de Janeiro en 2013. El cardenal, en el mensaje, subraya que alrededor del 80% de los latinoamericanos están bautizados y que la Iglesia católica continua siendo una de las instituciones que suscita mayor confianza y credibilidad en los pueblos. Y esto «es fruto de la fecundidad de aquella primera evangelización, de la profunda inculturación de la fe en la vida de aquellos pueblos, y del enraizamiento secular del cristianismo». Todo esto, añade Ouellet, a pesar de «descuidos y deficiencias en la evangelización, y un muchas veces insuficiente trabajo pastoral y catequético, agravado por la escasez de sacerdotes».
1 de marzo de 2012

2/28/2012

El Papa encomienda a la oración de los fieles los ejercicios espirituales de esta semanA


El desierto donde Jesús vive la experiencia de las tentaciones representa para el cristiano “un lugar de refugio y de amparo en el que se puede experimentar de modo particular la presencia de Dios”. Fue la reflexión de Benedicto XVI en el Ángelus del domingo 26 de febrero en la plaza de San Pedro. Por la tarde, en la capilla “Redemptoris Mater”, en el Vaticano, el Pontífice inició los ejercicios espirituales cuaresmales que concluirán el sábado 3 de marzo por la mañana.




Queridos hermanos y hermanas:
 En este primer domingo de Cuaresma encontramos a Jesús, quien, tras haber recibido el bautismo en el río Jordán por Juan el Bautista (cf. Mc 1, 9), sufre la tentación en el desierto (cf. Mc 1, 12-13). La narración de san Marcos es concisa, carente de los detalles que leemos en los otros dos evangelios de Mateo y de Lucas. El desierto del que se habla tiene varios significados. Puede indicar el estado de abandono y de soledad, el «lugar» de la debilidad del hombre donde no existen apoyos ni seguridades, donde la tentación se hace más fuerte. Pero puede también indicar un lugar de refugio y de amparo —como lo fue para el pueblo de Israel en fuga de la esclavitud egipcia— en el que se puede experimentar de modo particular la presencia de Dios. Jesús «se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás» (Mc 1, 13). San León Magno comenta que «el Señor quiso sufrir el ataque del tentador para defendernos con su ayuda y para instruirnos con su ejemplo» (Tractatus xxxix, 3 De ieiunio quadragesimae: ccl 138/a, Turnholti 1973, 214-215).
¿Qué puede enseñarnos este episodio? Como leemos en el Libro de la Imitación de Cristo, «el hombre jamás está del todo exento de las tentaciones mientras vive... pero es con la paciencia y con la verdadera humildad como nos haremos más fuertes que cualquier enemigo» (Liber i, c. xiii, Ciudad del Vaticano 1982, 37); con la paciencia y la humildad de seguir cada día al Señor, aprendemos a construir nuestra vida no fuera de Él o como si no existiera, sino en Él y con Él, porque es la fuente de la vida verdadera. La tentación de suprimir a Dios, de poner orden solos en uno mismo y en el mundo contando exclusivamente con las propias capacidades, está siempre presente en la historia del hombre.
Jesús proclama que «se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios» (Mc 1, 15), anuncia que en Él sucede algo nuevo: Dios se dirige al hombre de forma insospechada, con una cercanía única y concreta, llena de amor; Dios se encarna y entra en el mundo del hombre para cargar con el pecado, para vencer el mal y volver a llevar al hombre al mundo de Dios. Pero este anuncio se acompaña de la petición de corresponder a un don tan grande. Jesús, en efecto, añade: «convertíos y creed en el Evangelio» (Mc 1, 15); es la invitación a tener fe en Dios y a convertir cada día nuestra vida a su voluntad, orientando hacia el bien cada una de nuestras acciones y pensamientos. El tiempo de Cuaresma es el momento propicio para renovar y fortalecer nuestra relación con Dios a través de la oración diaria, los gestos de penitencia, las obras de caridad fraterna.
Supliquemos con fervor a María santísima que acompañe nuestro camino cuaresmal con su protección y nos ayude a imprimir en nuestro corazón y en nuestra vida las palabras de Jesucristo para convertirnos a Él. Encomiendo, además, a vuestra oración la semana de ejercicios espirituales que esta tarde iniciaré con mis colaboradores de la Curia romana.

28 DE FEBRERO 2012


2/24/2012

SAN ANTONIO MARIA ZACCARIA



Fechas de las Ordenaciones de San Antonio Zaccaria 
De la investigación reciente del P.. Franco Maria Ghilardotti * ahora sabemos que él recibió: 


 1)   Subdiaconado el 19 de septiembre de 1928, Sábado de los Cuatro Días de Témporas de Adviento. Hubo 30 candidatos a diversos órdenes: nueve para el subdeaconate, seis para el diaconado, ocho para el sacerdocio, tres de la tonsura, cuatro para las órdenes menores. Zacarías es el segundo en la lista de los subdiáconos. 
2)   el Diaconado el 19 de diciembre de 1528, Sábado de los Cuatro Días de Témporas de invierno. El Notario Oldoini anuncia las ordenaciones como hecha para los demás, pero luego se deja en blanco las siguientes tres páginas, ya sea porque no recibió los nombres, o porque iba a hacerlo más tarde, o tal vez la lista de los diáconos se perdió. 
3 )   sacerdocio el 20 de febrero de 1529, Sábado de los Cuatro Días de Témporas de primavera. Se trata de una coordinación importante y espectacular, con 99 candidatos: 21 para el sacerdocio, de 26 años para el diaconado, 18 para el subdeaconate, 21 para las órdenes menores, y 15 para la tonsura. Zacarías es el tercero en la lista de aquellos a ser ordenados sacerdotes. Véase más abajo (imagen) el certificado de la ordenación  
Para las tres ordenaciones del obispo fue Luca di Seriate (Bergamo), que era sufragánea de la obispo de Cremona y Rávena, el cardenal Benedetto Accolti (que siempre estaba ausente), titular también de Duvno ( ERZEGOVINA), sufragánea de la diócesis de Spoleto. 
Las tres ordenaciones se llevó a cabo en la Capilla de San José, a lo largo de la pared izquierda de la Catedral de Cremona, la nave central. Es aquí donde Antonio María recibió todas las órdenes mayores y más probable es que también las órdenes de tonsura y Menores (6 de junio de 1528).  

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